Hierve el agua es un destino famoso por sus cascadas petrificadas
En la cima de la montaña hay un manantial, algo poco usual por la gran altura que sube el agua contra la gravedad, en el descenso se forman pequeñas pozas naturales y otras artificiales.
Al caer por la ladera de la montaña la gran concentración de minerales que lleva el agua y su lento escurrimiento se van adhiriendo al suelo, formando cascadas de roca con el paso de los años.
Historia:
Los habitantes zapotecas se establecieron en esta zona montañosa y construyeron un sistemas hidráulico de riego alrededor del manantial para el cultivo, eran canales delgados y se distribuían por 6,375 metros lineales formando 600 terrazas, sobre éstas cultivaban un área total aproximada de 17,000 metros cuadrados. Las más antiguas se construyeron entre 700-500 a.C. y la zona ya estaba abandonada para el año 1,350 d.C.
Es impresionante la Ingeniería hidráulica que los zapotecas construyeron, moldearon el cerro para aprovechar el manantial.
Para formar estas terrazas necesitaron 5 millones de metros cúbicos de tierra con la que modelaron los canales, transportaron la tierra, arcilla y lodo necesario con una técnica llamada “mecapal” que consiste en una cinta de piel apoyada en la frente y por la espalda desplegada una red hecha con fibra natural de agave, sobre esta cargaban el material sobre la espalda colgado de la frente.